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Hace unos días hablando con un profesional de la rama sanitaria explicaba que el corazón como musculo no dolía, a nivel físico.
Pienso que sí duele, cuando han sucedido ciertas circunstancias en mi vida, he sentido una presión fuerte, e incluso a veces he podido localizar pequeños puntos de dolor en él.
Mi experiencia personal es que el daño que he cometido en esta vida, está grabado a fuego en mi corazón, cuando rememoro ese episodio, puedo percibir ese dolor sutil dentro de él.
Puede sonar esto un poco subjetivo, pero cerrando los ojos y entrando en mi misma, evadiéndome del exterior, de mis preocupaciones, y demás historias que puedan marchar por mi cabeza; centrándome en mi corazón, en este órgano que vibra dentro de mi pecho, he podido observar este hecho.
Para mí fue una sorpresa este descubrimiento.
Los budistas dicen que hay que pensar con el corazón y sentir con la cabeza. Esta frase me causó un fuerte impacto la primera vez que la escuche.
He comprobado que hay más grabado en el corazón que en mi memoria, que el corazón habla, solamente tengo que aprender a escucharlo, y que mi mente debe callarse para captar lo que de verdad es cierto, es decir que la cabeza sea el radar para localizar la sintonía que entiende el corazón.
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