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Estoy en un periodo de
mi vida en el que quiero romper estructuras caducas, obsoletas que no me sirven
para nada.
Pensamientos que
obstruyen como un mueble en medio del salón, que no sirve para nada. Solo
impiden tener una clara visión de mi misma y de mi alrededor.
Es dificultoso ver los
obstáculos que llevo dentro, es mucho tiempo teniendo el obstáculo enfrente de
mis ojos.
Tanto es el tiempo y
las cosas que no me dejan ver, que prácticamente no veo nada.
No hay mas ciego que
el que no quiere ver.
¿Pero sé que no quiero
ver?, porque a veces ni lo sé.
El mayor obstáculo
está en mí, el que me impide avanzar el que me impide ver, el que me impide
aprender.
¿Por qué soy así?
¿Por qué no me gusta?
¿Por qué no quiero?
¿Por qué, por qué, por
qué?
Esos "nos" que he
puesto, esas puertas cerradas. Esos espacios sin luz, esos obstáculos, esos
muros, esas resistencias, esas negaciones, esas justificaciones.
Esta colección de
impedimentos, esta canasta tan saturada, tan pesada y dura de llevar.
Esta saturación,
embota mi cabeza, cansa mi mente y mi cuerpo.
Y ya tengo ganas de
aligerar mi vida, de andar sin peso, sin pensamientos, liberar mi cuerpo, mi
mente y mi espíritu.
Con alegría pasar por
este mundo hermoso, tan profundo y misterioso, tan misterioso como este cuerpo
que me ha tocado llevar.
Cómo caminar en la
dirección adecuada, cómo mejorar mi estancia en este mundo, cómo amar con todo
mi corazón, cómo comprender, entender y perdonar a los demás, cómo no dar
importancia a lo que no tiene o mejor dicho.
“Cómo valorar lo que
de verdad es importante”.
Esta cuestión es
clave.
Porque hay un montón
de conceptos y pensamientos que no me sirven para nada.
Es muy normal y humano todo esto que sientes y piensas, Candela. Los muros y "noes" que mencionas están ahí muchas veces para probarnos y para aprender a convivir con los problemas. Admiro tu sensibilidad y sinceridad. Pero trata de que no afecten a tus deseos de ser feliz. Un abrazo,
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