Que duro es decir no, a personas que quieres, el sentimiento de culpabilidad te envuelve y te inunda.
Hay momentos en la vida que hay que anteponer la salud física, psicológica y espiritual, a cualquier otra cosa, para no perderse en la tristeza y la melancolía.
Este mundo donde nada es lo que parece, donde el caos reina por doquier, el intentar estar en armonía con el Universo, es un trabajo de equilibrista, porque siempre habrá algo que te intentará quitar de esa cuerda fina.
Se necesita del discernimiento, y este depende de la visión objetiva que tengamos en la vida, cuanto más se comprende, más se discierne el grano de la paja, pero esto también es un trabajo arduo.
Digo no y aunque quisiera que fuera un si, con todo el dolor de mi corazón digo no, eso si ofrezco alternativas para solucionar el problema, porque los problemas tienen soluciones, y hay que dar la posibilidad de solucionarlos de la mejor forma posible, y haciendo el menos daño posible.
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