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Por
ciertas circunstancias de la vida estoy conociendo personas que no se quieren
relacionar con nadie, o sea que tienen un carácter insoportable, además de no
utilizar la palabra respeto.
Dichas
personas amargan la vida a los que le rodean, el ambiente, y todo lo que se va
a acercando a ellas, por lo que los demás seres huyen como del veneno.
A
nadie gusta que nos pongan malas caras o que nos falten el respeto y menos si
simplemente queremos una relación de cordialidad.
Dada
esta mala relación con el exterior, poco a poco aparece el aislamiento, que
según el aislado es por culpa de los demás sin darse cuenta, que es
consecuencia de sus actos.
El
otro día durante la conversación acalorada de dos personas una le dijo a la
otra que solo intentaba agradar a los demás, y esta frase la cazé al vuelo.
En
eso consisten las buenas relaciones personales en agradar, y si es de corazón
mejor que mejor, porque esas amistades se tendrán toda la vida, pero además hay
que poner un poquito de comprensión, de amor, de respeto y si se le echa
alegría, aun se disfrutan más. Cuanto más condimentemos "ingredientes
agradables" las relaciones, mejor sabor tienen.
Mi
conclusión es: que recibimos lo que damos. Que la vida es lanzamiento del
bumerán, y siempre regresa a nosotros.
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