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Últimamente me pregunto
como puedo trasformar el dolor ajeno en amor.
Le estoy dando vueltas
y creo que es la clave de la vida, es coger el dolor humano y hacerle la
transformación.
Normalmente alguien me
viene contándome un acontecimiento doloroso y triste y me identifico con él, y
este malestar se multiplica, porque ya no es solo esa persona con sus problemas
es que yo ahora también los tengo, y por este motivo a veces huyo de estas
situaciones.
Pero huir no es lo
correcto según mi ética, me gusta hacer frente y tirar hacia delante, evitar en
la medida posible ir hacia atrás.
¿Y cómo transformo ese
dolor en amor y comprensión?
Primero tengo que cambiar la aptitud de
identificarme. O sea, no identificarme.
Escuchar con
benevolencia, con serenidad, no juzgar ni condenar a nadie, porque ya tiene
bastante la otra persona con cargar con lo que carga. Saber escuchar.
No aconsejar, lo mejor
es que esa persona encuentre ella sola la solución a sus problemas, ya le he
dado la oportunidad de desahogarse, de sacar fuera sus tristezas y dolores.
Y por último tras todo
ese proceso, desearle que pueda y tenga la fuerza suficiente para comprender la
situación que está pasando, para que ponga en práctica las soluciones a dicho
problema, tranquilice su corazón dolorido y consiga serenidad.
Este es mi pequeño
ejemplo de cómo creo que se debe actuar ante los problemas de los demás, sin
identificarse con ellos.
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