Por lo visto el dragón siempre ha estado en la vida del hombre, y pienso que está en mi interior, ese bullir como sucede en estos momentos, que me siento como una olla a presión, que me aprietan y exploto.
Cadmo fue el hermano menor de Cílix y de Fénix, así como de Europa, a la que
raptó Zeus transformado en toro. Con sus hermanos
y su madre Telefasa,
que estaba embarazada, partió en busca de su hermana por mandato de Agénor,
con orden de no volver al reino, bajo pena de muerte, sin haber antes
encontrado a Europa.
Todos juntos comenzaron un largo viaje por
mar hacia el Este, siguiendo la
dirección que había tomado el toro volador.
Fénix fue el primero en abandonar la
búsqueda y fundó su reino junto al de su padre y lo llamó Fenicia,
actualmenteLíbano.
Siguiendo la costa, continuaron hacia el
norte subiendo por los montes Antitauros, y Cílix,
el mayor, agotado, le pidió a su madre que abandonara el viaje y se quedara con
él allí. Ella se negó, continuando la búsqueda.
Poco más adelante murió Telefasa al dar a luz a Fineo y Cílix abandonó el viaje y fundó la Cilicia entre la costa y los montesAntitauro en Antioquía.
Cadmo cruzó al continente y llegó a Delfos, pues
quería consultar el oráculo de Apolo
El oráculo le habló así: «Cubre tus ojos
Cadmo y sal por cualquier puerta, toma la dirección a la que te dirija esa puerta
y cuando veas una vaca con la luna en su cara, síguela sin cesar hasta que cese
su camino. Entonces funda tu casa Cadmo, porque esa será tu tierra». Cadmo
quedó confuso ante tal respuesta, pues lo que él deseaba era encontrar a su
hermana Europa.
Como le había indicado el oráculo cubrió
sus ojos y con la ayuda de su mano derecha, anduvo a tientas por Delfos y por azar fue a dar con la puerta que
salía hacia el Sur, en dirección a Beocia. Salió
Cadmo por ella y en efecto se le cruzó una vaca con una mancha en la cara que
era igual a una luna pintada con los cuernos hacia abajo. La siguió sin
descanso, pues la vaca no paró de andar en tres días, y su corte que le seguía
languidecía exhausta. La vaca finalmente murió de cansancio y Cadmo supo que
esa era su tierra y allí fundaría su nación.
Muerta la vaca quiso dedicar una Hecatombe a los dioses. Vio una fuente cercana y
dijo a sus hombres que trajeran agua. Pero un dragón mató a algunos. Cadmo mató
al dragón y Ares, el dueño de la
bestia, montó en cólera. Pero Zeus, que había
secuestrado a Europa, lo apaciguó. Zeus, por favorecer a Cadmo, le mandó a Atenea con un mensaje.
La diosa le dijo: «Planta los dientes del
dragón esta noche y veras nacer de ellos cientos de fieros guerreros, más
ocúltate de ellos pues te matarán. Nada más nacer, se matarán entre ellos.
Cuando queden pocos y cansados, lucha con ellos y vence a algunos. Si lo haces
así tendrás a tu merced a los mejores y más fieles guerreros con los que puedas
soñar».
Cadmo hizo lo que se le indicaba. Inmoló
la vaca a los dioses como tenía planeado y al llegar la noche con su mano
derecha plantó los colmillos. La tierra inmediatamente se quebró y de ella
nacieron los Spartai. Tal como había anunciado Atenea,
nada más nacer comenzaron a luchar, matándose entre ellos. Cuando quedaban
pocos y débiles apareció Cadmo y luchó contra algunos, venciendo tan sólo a
dos: Chtonios y Ección quienes
se convertirían en sus mejores hombres y más fieles compañeros.
Fundó Cadmea, en Tebas,
región habitada por los hiantos, quienes retaron a Cadmo. Pero los
Hiantos eran vagos y bastante descuidados, mientras que Cadmo era culto y sabía
luchar muy bien, por lo que pudo vencerles sin dificultad. Los derrotados
decidieron emigrar hacia el Monte Partenio.
Tras ello, Ares todavía insistió en que
Cadmo debía expiar la falta que contra él había cometido por haber matado a su
dragón. El héroe accedió a cambio de la mano de Harmonía,
la hija de Ares. En su ausencia dejó a cargo del reino a Ección.
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