Cuando se cierra el corazón, difícil es dar y difícil recibir. Esta puerta es la comunicación con el mundo que nos rodea.
Cuando los demonios atrancan esta puerta, el aislamiento es seguro, el intercambio con el mundo es imposible, ellos me convencen de que estoy bien así, pero la verdad es que la amargura circula por mi sangre, y así no puedo dar, ni recibir.
Cuando aparece un "no" en mi mente, en mi cuerpo o en mi espíritu, lo paro y lo observo, porque detrás de él, hay un conflicto en mi interior.
Voy aprendiendo que el corazón debe estar abierto al intercambio con el mundo, y que todo lo que impide esto, tiene que se observado y en la manera en que pueda, echarlo a patadas de mi vida, sin compasión.
El discernimiento es la clave de la cuestión, qué me interesa y qué no.
El interés depende de mi fin, de mis propósitos, y por ahora, lo que quiero quitar de mi vida, es todo aquello que impida que mi corazón este tranquilo y armonioso.
Abrir las puertas de mi corazón al Universo, que pueda entrar en mi y yo en él, abrir las puertas a la bondad, a la alegría, a la humildad, a el amor, a la sinceridad, a la serenidad, a la pureza…
Y dar palos y echar de mi casa al egoísmo, al rencor, a la mala voluntad, a la mentira, al desasosiego, al estrés,… a todos esos moscardones que amargan mi existencia en este mundo.
También he aprendido que cuando me dejo arrastrar por esa multitud de demonios, es imposible ofrecer nada a nadie, porque lo que doy lleva impreso ese dolor, esa incomprensión, ese sabor amargo que impregna cada célula de mi cuerpo.
Para ofrecer algo a este mundo y contribuir con mi granito, tengo que amordazar a estos demonios, agarrarme a lo poca luz que hay en mi, y a través de está ofrecer lo poquísimo que tengo de valor.
Cada día que amanece y sale el sol es como una alegría que se abre dentro de mi, esa felicidad que comienza con la brisa suave, con esos colores tenues e impactantes, y que va dando lugar a la luz, esa maravillosa luz del sol, que calienta y alimenta mi vida, y me recuerda cuanta belleza hay a mi alrededor.
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